Definitivamente, a veces (solo), funciono de forma rara.
Por la mañana, hablando con Jesús acerca de menus, y de qué salsa utilizar para una pijadita, concluí que no me gustan los sabores amargos, que debe ser una cualidad que se gana con la edad y que, por deducción lógica debo ser joven. Apio, Cafe sin azucar, Endivias o Ginebra, aun no están hechos para mi, o yo para ellos mas bien.
Esta noche, en esas horas intempestivas donde surgen las mejores ideas, cierto jovencito bien centrado, sin querer, hizo que acabara de madurar cierta idea que iba gestándose poco a poco..
Ahora, que vuelvo a tratar a gente con menos años que yo, les veo, admirado, como van dos o tres pasos por delante de lo que era yo a su edad ( joer, casi de lo que soy yo ahora) , saben más de la vida, más avispados, más listos, hasta diría que por lo general, más carácter. Más, más, más.
Pero también más hastío, más viscerales, más autodestrucción, más amargura..
Amargura, que la opongo directamente a la ingenuidad, con la dulce infancia..la amargura siempre asociada a la vejez, al pasar los años y estar vueltas de todo...
Si nuestros jóvenes viejos son amargos, como serán nuestros nuevos viejos jóvenes? Dulces?
Sea como sea, no estaré aquí para verlo...
pd: ësto no tiene nada que ver contigo, sr delegado
pd: ya se hacer flores de tomate, más tonto y nazco amargo :p
1 comentario:
eso es porque te encuentras con los espabilados xD con espiritus afines que se acercan a los tiburones como las remoras xD
yo por el contrario, a no ser qe se espabilen en los proximos años a marchas forzadas, tengo a los mas "inocentes" xD
habra de todo, solo que resaltan los mas extremos
Publicar un comentario